Intentaba en vano deshidratar unos alimentos para
conservarlos por más tiempo y saborearlos con más sabor.
En vano, si.
Probé dos veces, con dos temperaturas y tiempos diferentes.
Quedaban medios paposos, sin forma ni color.
Desilusión.
Era yo la que no quería quedar deshidratada, evaporada, sin
agua, sin vida.
Me negaba a quedar sin forma ni color ni sabor.
No quería quedarme paposa.